¿Existe alguien al mando de nuestro deseo? ¿Desde dónde nos indican qué nos erotiza y qué no? La mercantilización de ese deseo cala tan hondo que nos cuesta digerir nuevas visualidades que nos corran de la escena previsible ¿Dónde radica el cambio en la mirada, cómo se construye esa apertura? ¿Cómo es la fotografía erótica pensada por mujeres? ¿Hay un juego, un dinamismo en quien mira, en quien se muestra y en quien y cómo se dejan mirar?
Hacerse preguntas reales sobre el propio deseo requiere valentía. La afectividad para esbozar respuestas que deriven en imágenes abre un camino que merece ser transitado. Pero mucha más gallardía se necesita para entender que el cuerpo, el propio, el ajeno, es un campo de batalla, un vector de poder, un terreno político de contienda permanente y, encima, hacer algo al respecto, que rompa, que raspe, que genere un Roce tan continuo como provocador.
Laura y Andrea nos presentan su serie “Macho”
“La fotografía y el cine funcionan como auténticas tecnologías del sexo y la sexualidad: producen las diferencias sexuales y de sexualidad que pretenden representar. (…) ¿Cómo modificar jerarquías visuales que nos han constituido como sujetos?” (Paul B. Preciado, «Cine y sexualidad: La vida de Adèle y Nymphomaniac»)
“MACHO” es un proyecto de fotografía erótica pensado por mujeres. Parte de la premisa de ampliar las narrativas visuales que, desde hace mucho tiempo se centran casi exclusivamente en el cuerpo de las feminidades. En la actualidad, tanto el deseo como las identidades empiezan a poder ser revisados junto a otrxs. A través del retrato a varones de nuestro entorno buscamos generar imágenes alternativas a la masculinidad hegemónica, asi como explorar nuestra mirada deseante.
