Una línea de abordaje al universo crítico y críptico de la maternidad, lo doméstico, con sus amores y horrores desde el encierro, desde un lugar no victimista ni panfletario, poniendo el cuerpo desde una articulación irreverente, un corrimiento de la mirada con el terror/humor como una de las mejores duplas posibles que existen para permitirnos seguir respirando desde los márgenes del ser.
Cuerpa en la obra de Analía Dillman(x Analía Dillman)
Y en medio de todo aquello, Dillman nos dispara bombas de colores saturados que, como en un paintball de adultxs un poco asustadxs, perdidxs y bastante hartxs, mientras hacemos de cuenta que sabemos jugar, cada disparo nos duele y nos expone más de lo que creemos.
Jana nos presenta su serie “Puta Madre”
Soy. La mujer. La madre. La otra. Soy. La puta y la madre. La madre, virgen y santa. Y la puta, la que goza, la que coge. Soy. La Puta Madre.
(se integra lo que estaba dividido, lo que aparece binario y opuesto)
“Puta Madre” es un ensayo político amoroso, impulsado por el ansia de encontrar lo propio, oculto en lo cotidiano y el deber ser que impone la narrativa de la maternidad hegemónica.
Ser madre provoca un temblor en la identidad. Lo que era, lo que soy y lo que seré, se desdibuja. La irrupción del deseo crea un nuevo boceto que se manifiesta, más allá del amor al hijx.
En la obra puede observarse un fuerte vínculo con el placer, con el cuerpo y con el autoerotismo, El cuerpo juega con los sentidos y los objetos del interior estallado, para gestar un discurso diferente, precario, mutante y potente al mismo tiempo.
Puta Madre quiere convidar a otres las diversas formas de ser madre, a la vez que levanta el derecho al goce de las que maternan.